viernes, 11 de febrero de 2011

Ruralidad eternizada.

Tranquil@s que nada se ha perdido.                                      
Todo lo pasado está muy bien guardado.                              
Nada ni nadie lo puede robar.                                                 
Quedó para siempre eternizado.        
                                    
         En las siguientes fotografías he intentado unir la belleza, el testimonio y lo simbólico; el valor artístico, el valor histórico e incluso el valor espiritual; la emotividad, el acicate y algo así como un alimento para el alma. Los principales ejes sobre los que se articula mi trabajo son: una antropología de la inmediatez, una arqueología de los sentimientos y una arquitectura moral. La exposición es ante todo un recordatorio vivo y un tributo al mundo campesino, a todo lo que constituyó- y sigue constituyendo en una pequeña pero todavía no ínfima parte- una epopeya, al estilo de esas que por sencillas no dejan de ser grandiosas.
         Acudiendo de manera retrospectiva a la convocatoria de los hechos, de lo que merece la pena ser visto e inmortalizado, buscando la fusión entre el/a contemplador/a y lo contemplado, os invito a situaros en mi lugar, os ofrezco el espejo donde se reflejan mis inquietudes y mis pasiones para expandirlas a lo largo y ancho del mundo, dejándolas volar llevadas por los cuatro vientos.
         Todas las imágenes son del mismo pueblito, de una comarca de Soria. El nombre del pueblo es lo de menos pues aquí lo particular tiene importancia en cuanto a la universalidad que representa. Y además el no darle mucho bombo es un imperativo categórico hoy en día que la tranquilidad es uno de los mayores tesoros a los que podemos aspirar.

UNA APROXIMACIÓN A LA NOSTALGIA DESDE EL DESARRAIGO.    
EL TIEMPO EN RUINAS FRENTE A LAS RUINAS DEL TIEMPO.
                                              
Volví a reconocer la casualidad como destino                              
y las ruinas de mi vida como fragmento celestial.

         En la Castilla profunda y olvidada hay tantísimos pueblitos como éste, medio deshabitados y otro gran puñado abandonados y que son el reflejo de una cultura que llegó hasta los confines del mundo y que ahora subsiste a duras penas bajo la arrolladora presión de la modernidad. Los pueblos fundados en la Edad Media, o casi, habían resistido a la intemperie y a todas las vicisitudes de la historia hasta rendirse (en su mayoría, aunque no por completo todavía y por suerte) ante la industrialización. La tragedia es innegable en cuanto a lo que la economía de mercado ha supuesto para el campesinado, hasta hacer casi realidad la profecía de John Berger, de que acabaría desapareciendo. Comprenderemos el valor de lo que teníamos cuando lo hayamos perdido, pero habrá generaciones que no tendrán el placer del consuelo de la memoria.
         Cada día se hace más necesario y crucial pararse, detener por un instante la velocidad y ferocidad de esta vorágine. Sentémonos por un momento sobre las ruinas de nuestra historia y reflexionemos sobre nuestro lugar en el mundo, el sentido de la vida, el paso del tiempo, la memoria del paisaje y el paisaje de la memoria. Éste es el pretexto último, que sirvan estas imágenes para intercambiar miradas y pensamientos. Y de paso, con ello, hacer que nos tiemble por dentro algo arcaico ante la palabra vieja y ancestral, y el tiempo lento y sin prisa de aquel mundo antiguo y los vestigios que todavía perduran.

LABRANDO Y PASTOREANDO LA MEMORIA.       LO SAGRADO.

¿No sabes que si siembras silencio,                         
recogerás la cosecha del olvido?

         Para complementar mis fotografías he incluido algunas de Jesús de Miguel, vecino del pueblo ya fallecido, quien nos dejó un documento histórico valiosísimo (sobre todo sentimentalmente). Sus fotos de los años 60-70 muestran el pueblo con vida y aunque actualmente no está deshabitado, como ya he dicho anteriormente, y mucho menos abandonado, sirven de contraste con el presente y en especial con lo retratado por mí, como si de un mosaico de pequeñas y pobres reliquias se tratara.
         Y ya para acabar, decir que por otro lado, algunos mapas antiguos de la provincia, gráficos y estadísticas de cantidad de población y otros datos, así como poesías y otros fragmentos y citas en otras ocasiones han acompañado a las fotografías no tanto con la intención de delimitarlas ni acotarlas sino todo lo contrario, de darles mayor proyección y perspectivas. Queda pendiente la enmienda, el ir mejorando y ampliando la muestra. Para otra vez será… como aperitivo queda esta humilde contribución.
         Dura la mirada, lo que en ella estuvo, lo que fuera una imagen y que no ha llegado a ser borrada del todo… Equilibrio tenaz de los últimos gestos. Y aunque nada quizás vuelva ya a repetirse, aunque quizás todo esté suspendido al borde del abismo, las imágenes no pueden ser sólo la forma imperdurable de un adiós

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